El rey, en su castillo, con su corona.Marta Torres Merlo.

Esta es la historia de un rey   que tenía una corona   muy bonita. Siempre la llevaba puesta para que todo el mundo supiera que él era el Rey. 

Sólo se la quitaba para dormir, la dejaba en su mesita de noche   y se la ponía de nuevo, rápidamente cada mañana. 

Pero un día fue a coger su corona y... ¡No estaba!

Empezó a buscarla por toda su habitación, debajo del colchón entre sus libros en el escritorio, en los armarios... y es que su habitación estaba tan desordenada que era imposible encontrar nada.