Había una vez una familia que vivía en la calle Wonderful Street, en una casa gigante y muy colorida. La familia estaba formada por el papá, la mamá, el hijo y la hija, que eran mellizos , es decir, tenían la misma edad, y se llevaban muy bien. Se llevaban tan bien que siempre iban juntos a todos los sitios y compartían todos sus juguetes.