YO, MI PEOR ENEMIGO


Celia Fernández Sanz

Vanesa López Gonzalo

Lucía Martínez Vega

Ana Montero Rodríguez

Laura Neira López

 


Es el primer día de Carlota en el nuevo colegio. Sus padres se han tenido que cambiar de ciudad por motivos de trabajo y a ella le está costando adaptarse porque es una niña bastante tímida. Está triste porque ya no va a volver a ver a sus antiguos amigos y profesores. 




Aunque Carlota tiene miedo, decide entrar al colegio porque acaba de sonar el timbre de entrada. No sabe cómo le van a recibir y tratar sus nuevos compañeros. 



La profesora le explica a sus compañeros que ha llegado una nueva alumna. 

Carlota ve que sus compañeros hablan entre ellos y se piensa que le están criticando y hablando mal de ella.



La niña al llegar a casa se encierra en su habitación porque piensa que sus compañeros se van a meter con ella y que nadie va a querer ser su amigo. 

- ¡Quiero volver a mi antiguo colegio con mis amigos!- piensa Carlota.



Lleva tres días sin ir al colegio porque ha mentido a su madre diciéndole que se encontraba enferma. 

En el colegio, sus amigos no paran de preguntarse qué le pasa y están deseando jugar con ella. 



Carlota cada vez está más desanimada y sus compañeros no saben qué hacer. 

Ese día, Ana, su compañera de clase, la ve llorando a la hora del recreo. 

-Tenemos que hacer algo para que no esté tan triste -piensa Ana. 


Ana reúne a sus compañeros para decirles que había visto a Carlota llorando y les propone que entre todos busquen una solución para poder alegrarla y que no esté así. 



Entre todos han pensado en invitarla a una fiesta de cumpleaños para que se sienta aceptada. 

Carolina, otra de sus compañeras de clase, le dice que le han dejado una sorpresa en su buzón y que les haría mucho ilusión que aceptase. 

-Seguramente es una broma -piensa negativamente Carlota.



Carlota ha leído la carta de sus compañeros. En ella, le animaban a ir a una fiesta de cumpleaños a la que iba a asistir toda la clase. Le aseguraban que se iba a divertir mucho. 

-No pienso ir-dijo en voz baja Carlota.




Después de estar toda la tarde pensando qué hacer, ha cambiado su decisión de no ir a la fiesta, por dar una oportunidad a sus compañeros. ¿Por qué si no iban a darle una invitación?   

-¿A lo mejor quieren ser mis amigos?-se preguntó a sí misma. 


La madre de Carlota se ha ofrecido para llevarle en coche a la fiesta. Está muy contenta de que su hija se haya integrado tan bien en el colegio. Sin embargo, no sabe lo que realmente pasa. 

-Pásatelo genial-le dice la madre a su hija.

-Puff... Lo intentaré-dijo no demasiado convencida.

-¡No seas tonta!, estas fiestas son muy divertidas.- exclamó la madre.




Carlota entra por la puerta un poco asustada porque no sabe si sus compañeros van a incluirle en el grupo. Sin embargo, en cuanto aparece gritan entusiasmados: 

-¡Qué bien que estés aquí!-dijeron todos a la vez. 



-Estoy muy contenta de que estés aquí. Te hemos visto un poco triste estos últimos días, pero queremos que sepas que nos encantaría que fueses nuestra amiga-dice Ana.

-Muchas gracias, me ha gustado mucho que me hayáis invitado. Pensaba que no queriaís estar conmigo-contestó Carlota emocionada.

-¡Venga, vamos a divertinos!-exclamó Ana.



Carlota se siente muy feliz de haber ido a la fiesta y sabe que a partir de hoy siempre podrá contar con sus amigos.



Tres semanas más tarde...

-¡Qué bien nos lo pasamos el otro día en el cine!-dijo Carolina

-Sí, me encanta que pasemos tanto tiempo juntas-respondió Carlota.

-¡Qué suerte hemos tenido de que hayas venido a nuestro colegio!-exclamó Lucía.



A partir de ese momento, Carlota se dio cuenta de que ella era su peor enemiga. Siempre tenemos que ser nuestros mejores amigos y la mejor versión de nosotros mismos. Para lograrlo, solo hay que confiar en nosotros mismos y no pensar jamás en el qué dirán.