CON LOS OJOS TAPADOS




Hola soy Ariadna y te voy a contar un cuento, atiende, ya que soy una niña muy curiosa y seguro que te hago alguna pregunta...

 

 



Érase una vez, hace mucho tiempo, un pueblecito donde todos los niños debían llevar los ojos vendados, ya que no podían conocer más allá de su tacto, de su olfato, su oído, pero sobretodo, no podían conocer más allá de lo que su corazón les mostrara.



Soy una niña muy distraida y no entiendo eso del “conocer más allá de lo que su corazón les mostrara”, ¿me lo podías explicar tú?



Cuando se iban haciendo mayores, iban cayendo las vendas, y poco a poco podían poner imagen a todo aquello que ya habían imaginado….






Durante el mes de Septiembre, en la clase de 4º de primaria del colegio “Los ojos vendados”, entró un niño de un pueblo vecino, cuyo nombre era Alberto.



Alberto a diferencia de los demás niños podía ver todo lo que se mostraba ante él. No había ninguna venda que tapará sus ojos. 



Estoy pensativa… me pregunto.. ¿Si podrías decirme que cinco sentidos tiene el ser humano? y ¿cuál de ellos no está en mis compañeros? 

Cuando llegó a su nuevo colegio se sorprendió al ver “ciegos” a todos sus compañeros, y se sintió diferente, fuera de lugar. 






Estoy sorprendia de la expresión… “Sentirse fuera de lugar”….¿me lo explicarias?



Ese mismo día, Alberto se quedo solo, en un rincón de la clase. Uno de sus nuevos compañeros, Daniel fue hacía él y preguntó que ocurría… 



Alberto preguntó: 

-Si no me puedes ver ¿cómo sabes que estoy aquí, asustado ya que no soy como vosotros? dijo. 

-Porque te siento, contestó Daniel. 



¡Contras!… nunca he sentido esto ¿Qué es, estar asustado?




A partir de ese momento, Alberto y Daniel empezaron a jugar juntos, conocer cosas nuevas y aprender el uno del otro.

Los dos se integraron con el resto de la clase, y aprendieron  de todas aquellas diferencias que pudieran tener, de todas, excepto de una, de esa que tapaba sus ojos…
 





Ya que todos podían sentir, todos podían oler, todos podían oír y sobretodo, todos podían mirar a través de su corazón.

 



Espero que te haya gustado mi cuento, y para saber que me has escuchado atentamente…. ¿Me harías un resumen?