Por eso, cada mañana cuando la maestra pedía que levantara la mano quien no había realizado la tarea Pedro la subía con vergüenza.  Era irresponsable con los deberes de la escuela.

     Llegó el día de entregar uno de los proyectos más importantes. Tampoco lo había echo. Él sintió que los maestros lo iban a regañar. Para protegerse dijo que su padre estaba en el hospital. 

- Estoy mal. Debo ser honesto. Pero, si digo que lo olvidé tendré graves consecuencias.- pensó Pedro.