Un día, Diego, un niño muy curioso, tranquilo y servicial del pueblo, fue a buscar a la brujita para que preparara un hechizo para su hermana enferma. Como no la encontró tomó unas cuantas hojas del jardín de la brujita sin permiso.

     Entonces, la brujita se percató de la presencia del niño. Pensó que estaba allí para atacarla.  Sin pensarlo dos veces le tiró un hechizo paralítico y cayó al suelo. Al pasar las horas los padres de Diego se comenzaron a preocupar. Lo buscaron por todo el bosque. Cuando lo encontraron tirado en los jardines de la brujita y decidieron reclamarle a la brujita.

     Pero, el niño confesó entrar a la propiedad sin permiso. Contó cómo la brujita se había encerrado por miedo a que él fuese una persona malvada.